Cambios positivos: la perspectiva de la agilidad y su valor

Scrum Manager Podcast, Episodio 11 (11 minutos): por qué en agilidad hablamos de cambios positivos y qué significa ser «flexibles».

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En este episodio hablamos de los cambios: ¿por qué la agilidad los considera positivos, a diferencia de la gestión predictiva? ¿Qué quiere decir ser «flexibles»?

Ilustramos con algunos ejemplos. Aunque se puede caer en el sesgo del superviviente, encontramos un factor común: experimentar, dejar que la idea original evolucione, ir en la dirección que demuestra aportar más valor y centrar esfuerzos ahí, en lugar de querer abarcar demasiado.

Recordad que las transcripciones de todos los episodios estarán disponibles en el blog, e iremos subiendo a ritmo de sprint: cada par de semanas. ¡No dudéis en sugerirnos temas sobre los que os gustaría profundizar en los comentarios!

Transcripción

¡Hola de nuevo! En este episodio vamos a hablar de los cambios, de por qué la agilidad los ve como algo positivo, a diferencia de la gestión predictiva.

En agilidad se dice que los cambios son bienvenidos . Pero, ¿qué significa esto? Porque dicho así y si hablamos de gestión de proyectos da un poco de vértigo. Es fácil ver que tiene beneficios, pero hay quien lo interpreta como que significa improvisar, que en cualquier momento se puede cambiar de plan o descartar el trabajo hecho. Y eso tiene algo de verdad. Pero tiene su técnica, y no hay que engañarse: no es fácil compatibilizar cambios y desarrollo.

Adaptarse a los cambios

Aunque nos ayudemos de ciertas prácticas o usemos una metodología ágil, en realidad la adaptación a los cambios es una actitud. Es ser curiosos, estar abiertos a criticar nuestras ideas constructivamente y mejorarlas. A aceptar que nuestra primera idea puede ser (y de hecho suele ser) mala. Y que hay que experimentar. Esto es así en ámbitos de todo tipo, en toda clase de proyectos creativos o inciertos, y no es nada de lo que acomplejarse. De una mala idea puede surgir una brillante. No lo sabremos si no empezamos a trabajar, y si no afrontamos cada desafío con la mente despejada y receptiva.

Y cuando necesitamos no sólo que los gestores o directivos tengan esa actitud, sino que el equipo la comparta, estamos pidiendo mucho. Estamos pidiendo tolerancia a la frustración, ingenio, motivación. Estamos pidiendo personas capaces de equivocarse, aprender y mejorar, y un entorno que les permita hacerlo con seguridad.

Para dar la bienvenida a los cambios es necesario saber adaptarse. En ello juegan un papel importante la curiosidad, la experimentación, el aprendizaje, la colaboración y tener un entorno seguro.

¿Qué significan los cambios?

Por otro lado, hay cambios con más y menos sentido. Puede ser difícil verlo en un primer momento, pero los buenos cambios son los que permiten responder mejor a las necesidades del proyecto o del cliente. Los que ayudan a afinar el tiro, a trabajar juntos en la dirección que vemos que aporta más valor.

En ocasiones, cuando nos enamoramos de nuestra idea inicial, no somos capaces de ver otras oportunidades. A veces es porque cuesta despegarse de la primera idea, sobre todo si nos ha llevado tiempo desarrollarla. Pero también puede ser difícil por motivos externos, como el tipo de contrato que tengamos con el cliente y sus expectativas.

Cuando esto sucede, cuando intuimos que el proyecto tal vez está mal enfocado o necesita un reajuste, hay que revisar esto. La posible rigidez del contrato, que quizá no estemos prestando atención a críticas constructivas, o si hay otras necesidades a las que podamos dar respuesta.

Para entender mejor a qué nos referimos vamos a ver algunos ejemplos de proyectos que, aunque empezaron con mal pie, encontraron oro por el camino. 

De la teoría a la práctica: dar la bienvenida a los cambios

Lo cierto es que no faltan ejemplos de empresas que han tenido éxito gracias a una actitud flexible ante los cambios. Están Spotify, Amazon, Airbnb, Google, Netflix, Slack… Independientemente de que usen scrum en este momento o no, todas estas empresas usan metodologías ágiles. Netflix tiene un método propio, Spotify empezó usando scrum y lo ha ido evolucionando… Se llame como se llame la metodología, comparten en la base filosofías similares en cuanto a los cambios y la experimentación dentro de la empresa.

Cuando se presta atención a los usuarios

Por ejemplo, prestan mucha atención a los usuarios y ajustan sus servicios en base al uso que hacen de éstos. Esto no quiere decir sólo que hagan tests o encuestas. También sacan información valiosa de las estadísticas y datos demográficos.

Spotify

Spotify escucha a sus usuarios constantemente para adaptar sus funcionalidades y seguir ofreciendo lo que les caracteriza: música personalizada según los gustos de cada persona. La función Daily Mix en 2016, por ejemplo, no tuvo buena recepción. Los usuarios se quejaron de que la mezcla no era lo bastante variada y solía repetir las mismas canciones. Este feedback ayudó a mejorar la funcionalidad, y saber que los usuarios valoraban que hubiese variedad y novedad en sus listas de reproducción probablemente influyó en la creación posterior del Descubrimiento Semanal, muy popular. Es una función que recomienda canciones nuevas basándose en los hábitos de escucha y las preferencias del usuario.

Pinterest

Otro ejemplo es Pinterest. Empezó como una plataforma de descubrimiento de imágenes para un público general, pero sus creadores observaron que la mayoría de sus usuarios eran mujeres, sobre todo madres. Con esta información, la empresa cambió su estrategia de negocio y comenzó a enfocarse más en las necesidades y deseos de este grupo demográfico. Agregaron funciones que permitían a los usuarios crear tableros de inspiración, planificar eventos y proyectos, compartir ideas de decoración… Funciones que han hecho que sea una plataforma popular también entre gente con proyectos artísticos.

HelloFresh

A HelloFresh le pasó algo parecido. Se lanzó al mercado inicialmente con el objetivo de ofrecer cajas de comida a cualquier persona interesada en cocinar platos saludables en casa. Sin embargo, después de analizar sus datos, se dieron cuenta de que la mayoría de sus clientes eran mujeres, sobre todo madres jóvenes y con poco tiempo. Con esto ajustaron su estrategia de marketing y han tenido muy buenos resultados.

Cuando el cliente abandona el barco

Pero a veces los cambios vienen impuestos. Por ejemplo, ¿qué pasa si el cliente abandona el barco? Es lo que le pasó a Sony.

La Playstation fue concebida originalmente en los 90 como un periférico para reproducir juegos en CD-ROM para la SNES. Pero Nintendo abandonó el proyecto. Por suerte, Sony decidió continuar desarrollando la plataforma de juegos. Y la Sony Playstation acabó siendo una de las consolas de videojuegos más populares y exitosas.

Cuando cambia la dirección del proyecto

Y hablando de cambios drásticos en el proyecto, los hay también que cambian de dirección por completo. 

Twitter, por ejemplo, empezó como plataforma de podcasting llamada Odeo.

 Aunque quizá una de las mejores historias para ilustrar buenos proyectos surgidos de un cambio de dirección sean Flickr y Slack

Flickr

Ambas empresas son del mismo fundador, Stewart Butterfield, y no empezaron como lo que son. Tras vender su primera startup, Gradfinder.com, Butterfield co-fundó una empresa de videojuegos con unos amigos. Tenían un proyecto muy ambicioso: un juego que nunca se acabase, online, multijugador y cooperativo. Lo llamaron Game Neverending.  

Pero se quedaron sin fondos durante el desarrollo, y para no hundirse se les ocurrió lanzar una parte aislada del juego. Eligieron la funcionalidad para compartir fotos, ya que en ese momento no había tanta competencia y era un servicio útil que podía atraer a usuarios y generar mucha interacción. Le dieron prioridad, ya que podrían terminarla y lanzarla al mercado mucho antes que el juego. 

Así nació Flickr, el famoso servicio freemium para subir fotos online. Yahoo! lo adquirió en 2004 por 25 millones de dólares.

Slack

Pasados unos años, Butterfield volvió a intentarlo con los videojuegos. Co-fundó una nueva empresa, llamada Tiny Speck, y lanzaron un juego llamado Glitch. Esta vez sí que se publicó, y no tuvo mala acogida. Si bien es verdad que la mayoría de los usuarios llegaban y lo abandonaban, los que se quedaban solían convertirse en usuarios de pago, y tenían una experiencia positiva.

Llegados a este punto la empresa tenía dos opciones: seguir desarrollando Glitch, mejorando poco a poco hasta que el juego se volviera más popular, o repetir lo que había funcionado para Flickr: convertir parte de la tecnología en un proyecto independiente. 

Decidieron hacer lo segundo y aprovechar la herramienta de chat que habían desarrollado para mejorar la comunicación entre los diferentes equipos que habían trabajado en el videojuego. Si había sido tan útil para ellos, probablemente lo fuera para otras empresas. No había nada igual. Así que el proyecto pivotó en esta nueva dirección y, tras probar el producto en 4 empresas con resultados positivos, decidieron desarrollar el producto por completo. Así nació Slack. En dos semanas ganaron 1 millón de dólares. 6 meses después, la empresa estaba valorada en 1.2 billones.


Con estos ejemplos no queremos decir que haya que imitar. El éxito no viene por un único factor, y estos proyectos y los entornos en los que se mueven son muy complejos. Que algo haya funcionado para alguien, no quiere decir que vaya a funcionar para otra persona. Y detrás de cada éxito suele haber una historia de fracasos y de ideas similares que no tuvieron el mismo impacto. A veces lo que diferencia una idea buena de una mala es estar en el lugar indicado en el momento indicado.

Lo que sí podemos sacar de estas historias, de hecho, es que es normal que las cosas no salgan bien a la primera. Que a veces lo que necesitamos potenciar para crear valor está oculto a simple vista. Y que si estamos atascados, hay que analizar la situación y decidir si lo mejor sería probar algo nuevo. 

Esto sólo es posible con una mentalidad receptiva y curiosa, y trabajando de forma que los cambios sean bienvenidos.


Gracias por acompañarnos hasta aquí. Esperamos que esta primera temporada os haya resultado útil. Recordad que podéis seguir aprendiendo con nosotros en Twitter, LinkedIn y scrummmanager.com.

Nos despedimos por ahora. ¡Mucha suerte con vuestros proyectos!

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